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Beneficios derivados del tratamiento de la viruta para recuperadores
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BENEFICIOS DERIVADOS DEL TRATAMIENTO DE VIRUTA PARA RECUPERADORES

La viruta generada durante los procesos de mecanizado va impregnada de aceites o emulsiones, estado en el cual resulta imposible recuperar el material sin la previa separación de los fluidos.

Gracias a la separación del material de los fluidos, conseguimos recuperar la viruta y, por ende, valorizarla. Este proceso se realiza en cinco fases diferentes:

  • Cribado
  • Triturado
  • Centrifugado
  • Separación Magnética
  • Filtrado

En caso de que la viruta corta y la larga o en forma de madeja convivan, se propone situar previamente una criba para su clasificación.

Así, la viruta corta puede pasar directamente a la centrifugadora, y la viruta en forma de madeja se direcciona a la trituradora para que una vez triturada, vuelva a la centrifugadora y así conseguir la realización del proceso completo de tratamiento.

El objetivo de triturar el material reside en obtener viruta de geometría corta y óptima para el posterior proceso de centrifugado.

A partir de aquí, se puede dar comienzo al proceso de centrifugado en continuo, en el cuál se logra, por un lado, reducir el grado de humedad de la viruta en un 97%, y, por otro, recuperar el aceite o emulsión que se haya empleado en el proceso de fabricación o mecanizado.

 

"Los sistemas de tratamiento de viruta de Cometel Recycling Solutions, convierten los residuos metálicos y fluidos de corte en una fuente de ingresos para su empresa".

 

Dependiendo del material y el tipo de refrigerante usado, pueden llegar a alcanzarse grados de humedad inferiores al 0,8% tras el centrifugado.

La obtención de un grado de humedad tan inferior al primario, permite que tras el proceso de centrifugado, la separación entre férricos y no férricos sea mucho más eficiente, puesto que la fuerza magnética no se verá mermada por la humedad de los materiales que condicionan su peso y su adherencia.

Los filtros se localizan en la última etapa del proceso para depurar el líquido para su posterior reutilización, separándose las pequeñas partículas sólidas del líquido refrigerante.

El comerciante de chatarras tiene que preparar las virutas, separándolas de los restos de otros metales y materiales por diversos métodos. La correcta clasificación de los tipos de viruta es fundamental para poder darle la mejor salida posible. Y es que el más cotizado será siempre el material más puro, por tanto, cuanto más puro sea el material, mayor será el valor de este.

 Podemos encontrarnos con 2 situaciones:

  1. Si instala la línea en origen (instalaciones del cliente industrial), evitaría la licencia de residuo peligroso y, además, si la viruta estuviese en madeja/maraña, aumentarían los ahorros por costes logísticos y espaciales.

    Se aseguraría el contrato con el cliente por un determinado periodo de tiempo, pudiendo incluso negociar el precio de la viruta, ya que gracias a la instalación, el cliente estaría recuperando soluble/aceite de corte para poder reutilizarlo.

  2. En caso de instalar la línea de tratamiento de viruta en su planta, podría adquirir la viruta de diferentes clientes industriales. Con la viruta triturada, centrifugada, separada y briquetada, el importe de venta del material incrementaría considerablemente.

    Se reportaría un menor coste logístico, una mayor manejabilidad, y evitaría bajadas de precio por parte de las fundiciones/refinerías por impregnantes. Evitando a su vez todas las gestiones administrativas correspondientes a residuos peligrosos, y sus penalizaciones económicas.

En consecuencia, podría vender a cada fundición una aleación requerida, especializando el material y pudiendo vender el producto a un mayor importe.

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